Nix debate político en el trabajo

Cuando la discusión política amenaza la armonía en el lugar de trabajo, nix política en el trabajo

A mitad de una reciente entrevista de trabajo, el candidato comenzó a discutir sus opiniones políticas. Ya sea que estemos en desacuerdo con su opinión -y su candidatura a un puesto de trabajo ya se había deteriorado por otras razones-, nos sorprendió la impropiedad de su discusión política en un entorno de trabajo.

Especialmente en una situación de entrevista, su falta de juicio nos envió un mensaje claro sobre su sentido común y su capacidad para ayudar a dirigir la organización.

Polarizar a los empleados que sienten que discutir sobre política en el lugar de trabajo sería inconsistente con nuestras normas culturales.

No satisfecho con su salida inicial a la tierra política de nadie, nos contó cómo había votado recientemente y sobre las pegatinas políticas que había visto en el estacionamiento de la compañía. En este punto, la entrevista se convirtió en una conversación informal hasta que lo llevamos fuera de la oficina.

No nos importa a quién apoya en su política, pero la discusión política normalmente no es sensata en ningún entorno de trabajo. Este candidato no pudo ejercer su buen juicio ya que derramó sus puntos de vista políticos durante una entrevista de trabajo, de todos los lugares.

En un lugar de trabajo que respeta la diversidad, la política de cada persona, sus creencias religiosas, sus actividades sexuales y sus opiniones acerca de problemas no laborales, en su mayor parte, debe quedarse en casa.

A menos que trabaje en un entorno que dependa de un conjunto particular de creencias, como una oficina de campo del Partido Republicano, un grupo ambientalista o una iglesia, arriesga mucho más de lo que puede esperar cuando plantea cuestiones delicadas en el trabajo.

En el mejor de los casos, corre el riesgo de ofender a los compañeros de trabajo cuya ayuda necesita para realizar su trabajo.

En el peor de los casos, puede crear un entorno de trabajo hostil y posibles resentimientos a largo plazo entre los compañeros de trabajo.

El papel del supervisor con respecto a la discusión política en el trabajo

Como gerente o supervisor, si se da cuenta de una discusión política o de otra índole, insultos o insultos, debe lidiar con ella como lo haría con cualquier otra situación potencialmente negativa que pueda derivar en conflicto entre las personas. No ignore la discusión política. No se detendrá por sí solo y probablemente se intensifique a menos que le dé a los miembros del personal un recordatorio amistoso.

Conclusión

La libertad de expresión es buena en el lugar de trabajo, especialmente si desea un entorno de trabajo que respete la diversidad, busque ideas divergentes, permita el desacuerdo respetuoso y promueva la mejora continua. Todos estos son signos de un ambiente de trabajo saludable y que apoya a los empleados.

Sin embargo, obsérvese que la discusión sobre política, religión y creencias divergentes no se convierta en conflictos en el lugar de trabajo ni en sentimientos heridos.